Has escuchado historias de gente que hizo un viaje transformador por Asia o se retiró a una montaña durante días o semanas para encontrarse. Para encontrar paz, iluminarse y volver casi como un ser de luz.
Y eso te desanima profundamente porque tú no puedes desaparecer durante una semana. Ni siquiera puedes desaparecer durante todo un día.
Trabajas. Tienes familia. Compromisos…
Así que cada vez que intentas emprender tu camino de autoconocimiento y crecimiento personal, acabas desistiendo porque piensas que no está a tu alcance.
Pues deja que te haga una revelación: no hacen falta experiencias casi místicas para conocerte y mejorar.
Mira, yo no fui a la India a encontrarme ni tuve una revelación divina que me llevó al Yoga y otras disciplinas de crecimiento personal. Todo fue mucho más mundano.
Así fue mi camino
Hubo una época de mi vida donde mi salud emocional y mental estaban en jaque.
Vivía con el miedo pegado a la piel y la ansiedad me robaba el aire día sí y día también.
El sufrimiento emocional no me dejaba vivir como yo quería, así que en algún momento decidí que debía encontrar soluciones.
Acudí a terapia y empecé a acercarme al Yoga y la Meditación como vías para tranquilizar la mente.

Viví todo un proceso de conocerme a mí mismo, de entender de dónde venían todas esas emociones, de obtener herramientas para manejarme con ellas…
Y poco a poco mi vida mejoró.
Entonces supe que quería ayudar a otras personas que estaban en la misma situación e inicié mi formación en distintas disciplinas.
Disciplinas que no conocía por haber leído sobre ellas o porque estuvieran de moda en aquel momento. Sino porque las había experimentado como paciente, o participando en talleres vivenciales de crecimiento personal, o en la esterilla de practicante de Yoga.
Y creo que esa es una de mis grandes fortalezas como orientador.
Saber perfectamente lo que es estar al otro lado me permite desarrollar mayor empatía, capacidad de escucha, respeto por los procesos individuales y entender los miedos y reticencias que van apareciendo. Porque yo también los tuve.
¿Cómo te ayudo?
Para mi, el secreto para vivir una vida plena es tener una buena salud que te permita disfrutar y aprender. Y cuando digo salud no me refiero únicamente a la física. También a la salud mental y emocional.
Así que encontrar espacios de bienestar, vivir con plena consciencia y estar aquí y ahora son claves
Por eso, en mi labor de Orientador de Crecimiento Personal integro diferentes enfoques y técnicas cuya sinergia facilita llegar a la sanación y el equilibrio:
- Yoga y meditación para calmar la mente
- Autoconocimiento a través del eneagrama
- Equilibrio emocional con Flores de Bach
- Crecimiento personal mediante Gestalt
¿Necesitas usarlas todas? ¿Sólo algunas? Eso depende de ti.
De tu situación. De qué necesitas. Qué quieres. Qué buscas.
Empieza ahora mismo con el primer paso: pide tu primera cita.
¿Qué opinan quienes ya han trabajado conmigo?
"El acompañamiento de Haritz es cálido y sereno. Como subir al desván de la mano de un amigo e ir encendiendo velas que iluminen los rincones de más niebla."
Lorena L. (Llanes)
Las sesiones con él han sido de gran ayuda. Gran persona y mejor profesional. Muy recomendable."
Lucía F. A. (Xixón)
Sigue sus pasos y concierta tu primer cita ahora mismo
Algunas de mis acreditaciones
Profesor de Yoga, por la Escuela de Yoga Sanatana Dharma (Miembro colegiado)
- Miembro Colegiado.
- Cursos básico y superior.
- Acreditado por el Programa Europeo de Acreditación de Competencias Profesionales

Especialidad en Yoga para Mujeres Embarazadas (Centro de Yoga Madre Tierra)

Especialidad en yoga para niñas, niños y familias (Rainbow Kids Yoga, Childplay Yoga)

Orientador en Crecimiento Personal (Gestalt) y Especialista en Flores de Bach, por el Departamento de Psicología Yóguica de la Escuela de Yoga Sanatana Dharma.
- Cursos básico, superior, de supervisor y de capacitación profesional.
- Dirigido por José Ignacio Urreta Casado.
Especialista Certificado en Facilitación de la Conexión con la Naturaleza, por Forest Therapy Hub.

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